domingo, 13 de enero de 2013

SERRETA DOS MIL TRECE

Hoy hemos vuelto a la serreta, ya hacía casi un año que no subiamos, y nuestro amigo Manolo, su cuidador, la verdad es que estaba ligeramente enfadado con nosotros, pero se le paso enseguida. Hemos disfrutado un monton, tambien hemos compartido camino con senderistas de otras poblaciones, Muro, Cocentaina, Bocairente etc.
como algunos sabeis, la serreta es una estación ibera, de la que podemos decir; Constituye un doble yacimiento, un poblado y un santuario. En 1917 fue descubierto el yacimiento, excavado por Vicedo y declarado Monumento Histórico Artístico en 1931. En los 50 fue nuevamente excavado por Vicedo y en los 60 por M. Tarradell. Los principales materiales están depositados en el Museo arqueológico Camilo Vicedo, que lleva el nombre del principal excavador del yacimiento. De aquí proceden seis plomos escritos en alfabeto greco-ibérico. El yacimiento también ha proporcionado interesantes terracotas y cerámicas ibéricas, y de importación (griegas, púnicas, campanienses). Se pueden observar restos de habitación, de planta cuadrangular, ordenados en largas filas. En el extremo occidental se localizan los restos del santuario, situado por Visedo en la porción más alta, actualmente señalada por un vértice geodésico, en cuyas inmediaciones se encontraron numerosos exvotos ibéricos en terracota. Llobregat describe restos de un edificio situado a 100 m., que podría corresponder al santuario de época romana. Desde la zona del Santuario se puede observar la cumbre de la Sierra de Aixorta, que señala la salida del sol en los equinoccios, lo que para algunos astrónomos podría tener alguna significación (ver referencias). En 1987 fue descubierta la necrópolis, que ha sido sistemáticamente excavada con el descubrimiento de 80 sepulturas, principalmente del s. IV aC. Los ajuares son de gran variedad y riqueza. Es de destacar la falcata de la tumba 53, con una preciosa empuñadura. La totalidad de la ladera de la solana está cubierta de restos de edificaciones que se adaptan a los niveles de la montaña. No existen grandes restos monumentales, pero el entorno es evocador y las vistas magníficas.
entrada a la necrópolis, donde nos esperaban sus moradores habituales
llegada a la cima, donde el fuerte viento nos hizo desistir de almorzar en la misma
foto con amigos de Muro y Alcoy, a los que esperamos volver a compartir alguna cima.
haciendo piña con buenas personas y senderistas
encuentro con mas amigos,
dibujo simulado de la posible puerta de entrada al poblado
espada encontrada en una de las tumbas de la necrópolis y solo me resta deciros que seais vosotros los que visiteis el lugar, pero sobre todo que lo disfruteís.

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